El tiempo pasa y las fuerzas parecen acabarse; la vida se vuelve tan fugaz, tan efímera; que yo necesito mucho más que la certeza de un mañana, de su sonrisa, de su mirada.
El tiempo pasa y noto como cada detalle adquiere de pronto un valor distinto, un valor del que no me había percatado; un valor inimaginable, intangible, ininteligible...
Hoy cada segundo parece tan valioso, hoy justamente, cuando quisiera hacer de cada gesto una fotografía y grabar cada palabra en mi memoria.
Heme hoy aquí, pensando en esos lazos que ni siquiera la muerte o el tiempo pueden romper, pensando en esos momentos en que la familia se vuelve el todo y el por qué...
Cuando hacer una promesa es tan fácil y a la vez tan doloroso.
Cuando decir siempre parece tan remoto, tan próximo, tan lleno de futuro...
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