25/5/08

CARCEL




Llevo tres días en casa, tengo las cortinas corridas, me asomo de vez en cuando y veo las vias, no quiero pensar pero es superior a mi, no puedo dejar de pensar en que tu vida se fue entre esos railes.
Entre las paredes de nuestra casa me siento protegida y serena; tus cosas siguen en el cuarto, no se que hacer con ellas, abro tu armario y la ropa colgada en el armario me da la sensación de que pronto regresaras aunque en el fondo se que no va a ser asi.
Por las noches, tu habitación a oscuras, con la puerta abierta, en silencio, me sobrecoge y aparece mi angustia cuando pienso que saldras de alli y me preguntaras por que no hice mas por ti, que te deje sola aquella tarde y necesitabas que me quedara contigo.
Aquella tarde que te reñi por que encontre un envase de alcohol en el armario y te dije que no iba a consentir que te destrozaras delante de mi, te pedi por favor que si te sentias mal me lo contaras y juntas podriamos luchar contra tu angustia, me dijiste que estabas bien y yo me lo crei...o quise creermelo; tal vez era mas facil para mi creer que estabas bien aunque una vocecita insistente me gritara que no lo estabas y yo me tape los oidos del corazón para no escucharla, por que queria creer que esta vez si estabas mejor y mis sueños de futuro contigo se harian realidad.
Que egoista fui, antepuse mis sueños de verte feliz a los tuyos de querer dejar de sufrir.
Como me engañaste...como me engañe al despedirme de ti, al preguntarte si estarias bien sola en casa por que yo me iba a trabajar y con la mejor de tus sonrisas aseguraste que si, que no me preocupara; te llame al rato y tardaste en contestar, me angustie pero me dijiste que habias salido a pasear al perro y te habias dejado el movil en casa; me crei o quise creer que estabas bien y ahora ya no estas, ya no volveras nunca.
No tengo ganas de ver a nadie, la gente me agobia, sus miradas de compasión, las de acusación, las indiferentes, todas esas miradas hacen que no quiera salir de mi guarida de animal herido, encerrada en la carcel de mi alma, esperando que algun dia pueda perdonarme.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hoy otra vez se me han humedecido los ojos mientras te leía. Otra vez se me ha puesto la piel de gallina y otra vez he pensado que no hay nada peor que una experiencia cómo ésta.
Solo espero que el paso de los días te haga más fuerte y te ayude a ir sobreponiéndote.
Desde aquí te mando un abrazo muy fuerte y un saludo con cariño.
Mucho ánimo.
- Charlota.

Anónimo dijo...

Voy a atreverme a decirte, lo que seguramente has escuchado más de lo que desearías, pero al menos es mi verdad.
En ocasiones nos revelamos contra las situaciones a las que nos enfrenta la vida y es normal, la calma de tu alma solo la encontrarás en el perdón, en perdonarte a tí misma por lo que crees no haber echo, y en perdonarla a ella por lo que sí hizo. Somos compañeros en esta vida, amigos, hermanos, esposos, hijos, incluso la corta relación que puede existir entre ésta que te escribe y tú. No podemos cambiar lo que un alma no quiere cambiar, solo podemos ofrecer nuestra ayuda y oración y esperar en el umbral a que quieran aceptarlas.
No he leído más sobre los detalles de como tu hija dejó de estar a tu lado en cuerpo, pero si tienes fe en algo superior, busca dentro de esa fe y no te reveles a ella. aliviana tu alma, por que solo de ese modo no recorres un camino que bien sabes no es el mejor. Atesora los buenos recuerdos y da gracias por todo el tiempo que pasaron juntas, siempre es mejor aprender a agradecer, de ese modo se le da otro prisma a la vida.
Es una humilde opinión, de mi alma a tu alma.

Siempre en amor.

Anyara

P.D.: Leí un comentario que dejaste en libro de arena. Desde ahí te visito.

Anónimo dijo...

No tienes que culparte en absoluto, a veces pienso que las cosas están escritas, solo que no queremos leerlas.
Sólo con el tiempo se va encontrando el consuelo, aunque hay días que ese sentimiento fluye como un volcán en actividad.
Quiero mandarte un muy, muy fuerte beso para tí.